jueves, 28 de enero de 2010

El Decreto de Dios y la oración

Conversando hace tiempo con un pastor, sobre la Voluntad de Dios, y el Decreto de Dios, él, no aceptando completamente la idea, de que Dios, desde la eternidad, decretó todo lo que acontece, me hizo una pregunta con un tono de prueba. La pregunta fue la siguiente:

"Si Dios, como tú dices, decretó todo lo que acontece, y que nadie puede hacer cambiar sus planes, entonces, ¿qué efecto tiene la oración de los creyentes dentro de la Voluntad Decretiva de Dios, teniendo en cuenta que en Mateo 21:22 dice: "Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis"?, ¿cómo puedes explicar eso y darle armonía? Si Dios decretó algo, entonces, ¿para qué orar?"

Ahora, compartiré con ustedes la respuesta a esa interrogante a modo de comentario.

Debemos entender que la oración no es una labor aislada con un poder individual que el cristiano ejerce cuando él quiere y para sus propios fines; sino que la oración es parte de los medios que Dios ha decretado para llevar a cabo Sus propósitos eternos. Dios no solamente ha decretado los fines, sino también los medios para que esos fines puedan suceder; y de una manera misteriosa, la oración es parte de esos medios.

En referencia al texto citado anteriormente, Mateo 21:22, debemos saber que hay un principio de interpretación bíblica que hay que tener en mente, y ese principio es: Que nunca debemos interpretar un texto individualmente, sin ver lo que el resto de la Biblia enseña en relación a ese tema. Eso se llama: El principio de la analogía de la fe. Cada texto individual de la Escritura, tiene que ser interpretado según lo que la Biblia dice en su totalidad sobre ese tema.

Muchos textos nos enseñan que si nosotros pedimos conforme a Su voluntad, él lo hará. Pero también hay partes en las Escrituras, en donde se dice, que Dios no contesta ciertas oraciones, y nunca las va a contestar. Por ejemplo, cuando Santiago dice: "Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites" (Stgo 4:3) Vemos que el hombre puede pedir, pero que su petición, aunque tenga apariencia de bondad, sea una petición puramente carnal.

Por ejemplo, si tú pides que Dios mate a tu suegra (ejemplo exagerado), y lo haces creyendo, sin dudar, ¿crees que Dios lo hará? ¡No!, porque eso va en contra de la voluntad revelada de Dios. Y la fe de la Biblia no es una fe ciega; la fe bíblica es la que cree con fundamento lo que la Biblia dice. Así que, pedir con fe, es pedir según lo que la Palabra de Dios ha revelado.

Para ser más claro, expondré algunos ejemplos de las Escrituras, en donde pareciera que Dios, se arrepiente de lo que ha hecho (Génesis 6:6; Éxodo 32:14; Amós 7:3, etc); o cuando Dios, por causa del hombre o de la oración del hombre, cambia de planes (2 Crónicas 7:14; Amós 5:4; Éxodo 10:17, etc).

Para entender esto, debemos aplicar la regla de interpretación antes mencionada. Cuando nosotros tenemos suficientes textos bíblicos, en donde vemos claramente la doctrina de la "inmutabilidad de Dios" (que Dios no cambia), no podemos venir a un texto, en donde dice que Dios se arrepintió, y entonces asumir que ese es el único texto de ese tema en la Biblia.

Cuando la Biblia dice que Dios se arrepintió, el Espíritu Santo está usando un lenguaje condescendiente para con el hombre, para describir un cambio que ocurre en su trato con el hombre en ese momento y en ese tiempo, porque Dios siempre responde a las cosas que los hombres hacen. Pero no que haya un cambio en la naturaleza o en el carácter de Dios. Por ejemplo, cuando leemos que Dios se arrepintió de traer el juicio sobre Nínive, ellos se arrepintieron en respuesta a la predicación de Jonás; y Dios se "arrepintió" en el sentido que no trajo el juicio sobre ellos; pero eso es porque Dios no cambia, ya que cuando los hombres se arrepienten, siempre es el caso que Dios no trae juicio, sino misericordia. Así que, fue un cambio en la "manera" en que Dios trató al pueblo de Nínive, y no un cambio en su naturaleza.

Ahora, esto nos lleva a una segunda acotación, recuerden que Dios ha decretado los medios y el fin. Dios había decretado desde la eternidad que Él iba a salvar a Nínive. Incluído en el decreto de Dios estaban los medios a través de los cuales iban a ser perdonados, estos eran: La predicación del juicio por parte de Jonás, la aceptación del mensaje, el arrepentimiento de todo el pueblo, y la revocación del juicio por parte de Dios. Todas estas cosas eran los medios que Dios utilizaría para llegar al fin que Él había, desde la eternidad, predeterminado.

Y debemos entender que los medios siempre deben estar ahí, o el fin nunca sucederá, y como Dios es soberano, y sus planes siempre se llevan a cabo, y nadie los puede desbaratar, cuando Dios ha determinado algún fin, sí o sí, los medios estarán allí. Si Nínive no se arrepentía, serían destruídos. Pero como estoy argumentando que el decreto de Dios no incluye solamente el fin, sino los medios para llegar a ese fin, Nínive sí o sí, se arrepentiría.

Entonces, la oración es un medio que Dios utiliza para llegar a un fin determinado. Y es Dios, quien mueve a sus hijos a orar por una causa determinada, y esa oración llevará a un fin, y ese fin ya ha sido predeterminado o decretado por Dios.

Cuando hablamos del decreto de Dios, hay que entender que todo fue preparado, decretado, predeterminado en la eternidad. Por tanto, todo lo que Dios ha querido hacer, se hará.
El Salmo 115:3 es enfático: "Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso (en la eternidad) ha hecho.

En esto descansa la seguridad y confianza del cristiano; en que las cosas no dependen de nosotros, no podemos torcer la mano de Dios, ni mucho menos cambiar sus planes, sino que Dios, único soberano y Señor sobre todas las cosas, hace lo que Él quiere, lo que su voluntad desea.

Las Palabras de nuestro Señor Jesús son claras: "Sí, Padre, porque así te agradó"

A Él sea la Gloria por siempre. Amén



2 comentarios:

  1. Muy buena enseñanza, sencilla y practica. Sólo podemos decir que grande, poderoso y temible es el Decreto de Dios, el cual puede romper y volver el corazón de los hombres para salvación o bien entregarlos a sus placeres con una mente reprobada que recibirá el castigo eterno.

    Hermano tus escritos bendicen grandemente mi vida, que nuestro Soberano Dios siga perfeccionando su obra en ti como la luz de la Aurora que va en ascenso hasta formar el día.

    Al único y sabio Dios sea la gloria por los siglos de los sigos...

    "Porque Él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió." (Salmos 33:9)

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  2. Hermoso versículo el que has escrito, demuestra la grandeza y soberanía de nuestro sapientísimo, y santísimo Dios.

    Dios te guarde.

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