sábado, 30 de enero de 2010

Sí, Padre, porque así te agradó

Mateo 11:25-27
"En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar."

Para comenzar esta enseñanza, debemos ver el contexto de estos versículos:

Jesús estaba enfrentando la incredulidad y el rechazo de muchos judíos; en los versículos anteriores (del 20 al 24), Él estaba pronunciando el juicio de Dios porque no se arrepentían, aunque habían recibido muchísima luz, tanto de parte de Él como de Juan el Bautista. Y el verso 25 nos dice que fue "En aquel tiempo", que Jesús les respondió. Es en este contexto en donde Jesús declara su alabanza al Padre por su soberanía en la elección de los pecadores.

Entonces, en primer lugar, vemos que hay una expresión de alabanza a Su Padre, por el ejercicio de su soberana voluntad en la salvación: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. Él alaba al Padre por su carácter de Señor por sobre toda la creación. Y luego, Cristo reconoce un área específica en donde Su soberanía es ejercitada, específicamente, en la salvación de los hombres. Jesús declara de manera enfática y muy clara, que Su Padre no actúa de la misma manera con todos los pecadores. Él no hace lo mismo con todos los pecadores. Según las palabra de Jesús, Dios, el Padre, discrimina entre la humanidad. Y en esta alabanza, el Señor exalta ciertos apectos del carácter de Su Padre en la elección y predestinación.

Ahora consideremos la naturaleza de la acción discriminatoria de Dios. Esto lo vemos en el verso 25 donde dice: "escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños." Entonces tenemos dos palabras importantes: "Escondiste" y "Revelaste". Y "estas cosas" a las que hace referencia Jesús, se refieren a la obra de salvación, la gloria de Cristo, la divina autoridad y excelencia del evangelio.

Pero ¿cuál es el significado de estas dos palabras, o estas dos cosas que hace Dios? La palabra griega para esconder es apokrúpto, que significa: "mantener en secreto" En otras palabras, Jesús está diciendo que Dios mantiene en secreto estas cosas de los sabios y de los entendidos. Recordemos que todos los hombres están bajo pecado, están caídos, son malos de corazón, en rebeldía constante hacia Dios; no hay quién haga lo bueno, no hay siquiera uno; todos se desviaron, todos son enemigos de Dios y están bajo la ira de Dios, muertos en delitos y pecados, merecedores del infierno. Entonces, en el ejercicio de su soberanía y juicio, Dios mantiene estas cosas en secreto a los ojos de los sabios y entendidos.
La otra palabra es revelar, del griego apokalúpto que significa: descubrir, quitar un velo; y por lo tanto, exponer a la luz lo que anteriormente estaba en secreto y oculto.

Así que, esta es la menera en la que Cristo habla de la acción discriminatoria de Dios en la salvación de los pecadores. La esconde de algunos, y de otros le quita el velo y se las revela.

Ahora, veamos los objetos de esta acción discriminatoria de Dios. Por un lado los sabios y entendidos, y por el otro los niños. ¿Qué significa "sabios y entendidos"? El Nuevo Pacto nos indica varias ideas: el ser sabio y entendido está relacionado con tener conocimiento e inteligencia (Stgo. 3:13). El hombre sabio también es aquel que tiene buen juicio en las cosas de los hombres (1 Cor. 6:5). Y también el sabio y entendido es aquel que tiene la capacidad de planificar cosas difíciles. En otras palabras, el sabio y entendido en este contexto, son aquellos que, desde un punto de vista terrenal, natural y temporal, tienen mentes agudas, sano juicio, y habilidades inusuales para planificar y hacer cosas difíciles. Son el tipo de gente que muchas veces se hacen ricos, o que obtienen fama y reputación; son reconocidos como personas excepcionales, grandes líderes entre sus compañeros. Jesús nos dice que es conducta normal de Dios, el esconder estas cosas de tales personas.

Y luego describe a aquellos a quienes Dios se las revela: a los niños. ¿Y qué significa el término niño? Obviamente, eso no indica a alguien que tiene una mente aguda, una habilidad excepcional o capacidades de liderazgo. La palabra "niño" indica un sentir de debilidad, de dependencia, o de impotencia para hacer cosas. Así que Cristo compara a los elegidos, o sea a aquellos a quienes Dios les ha revelado el evangelio para salvación, como niños débiles, no entendidos, no sabios, e impotentes.

Ahora quizás preguntarás, ¿por qué Dios hace esto?, ¿por qué Dios escondió esto de los sabios y entendidos?, ¿y por qué se las reveló a los niños? La respuesta a esta pregunta está en el verso 26: "Sí, Padre, porque así te agradó" Entonces, Jesús nos da una razón muy sencilla a este dilema del esconder, por parte de Dios, la verdad de algunos y revelárselas a otros. En otras palabras, porque es la Voluntad soberana de Dios hacerlo así, Su placer y deseo. La razón final y suprema es que el Padre se agradó en hacerlo así. Noten que Jesús alaba a Su Padre por este hecho, y se regocija al decirle: "Sï, Padre, porque ASÍ te agradó".

Dice Spurgeon, comentanado sobre este pasaje: "No podemos irnos más allá, la elección, la decisión le pareció buena a los ojos de Aquel que nunca se equivoca; y por lo tanto, es, en sí misma, una buena decisión" Esta es la razón que está por sobre todas las razones. La voluntad de Dios es suficiente para nosotros. Si Dios así se agradó, debe ser suficiente y ES suficiente.

Quizás te preguntarás: Entonces, ¿Dios es totalmente arbitrario en sus decisiones?
Pero recuerda que la elección de Dios tiene una meta, tiene un propósito. El propósito primordial de que Dios escoga a algunos y a otros no es Su Gloria, esto lo vemos en Efesios 1:3-6; y es el principio que subraya y enfatiza la soberanía de Dios. Y esta soberanía la vemos en que Dios esconde estas cosas de algunos y se las revela a otros.

Es más, esto está claramente escrito en 1 de Corintios 1:26-28
"Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es..."

¿Por qué Dios hace esto? Lo vemos en el verso 29: "A fin de que nadie se jacte en su presencia." Es decir, que la preocupación grandiosa de Dios en la planificación, en el logro y en la ejecución de la redención, es que Él reciba toda la Gloria, y que ninguna carne se jacte en su Presencia. Esta es la razón por la cual Dios no escoge a muchos sabios según la carne, o muchos fuertes o muchos nobles. No es que Dios no escoga a ningún sabio o entendido, o de sangre noble o fuertes o poderosos; sino que solo escoge a algunos de ellos, para que nadie se jacte en su Presencia. Y esto es así no porque a Dios le falte poder o fuerza para quebrantar al poderoso; Dios puede salvar al sabio y al poderoso, Él puede salvar a cualquier ser humano caído; por ejemplo, tenemos el caso de Saulo de Tarso; él era uno de los más poderosos y nobles de su generación. Dios le escogió desde antes de la fundación del mundo, y a Su tiempo lo derribó a tierra y lo humilló, hasta que Saulo dijo: "Señor, ¿qué quieres que haga?". Este es un maravilloso ejemplo de la soberanía de Dios y de Su gracia. Pablo no estaba buscando a Dios, pues la Biblia dice que nadie puede buscar a Dios (Rom. 3:11), sino que Dios buscó a Saulo, y lo hizo desear en el día de Su poder (Salmo 110:3). Así que, en el caso de Saulo, Dios escogió a un poderoso, a alguien con una mente profunda, con todo tipo de dones y habilidades. Dios escoge a algunos así, pero no a muchos.

Entonces, no es que a Dios le falte poder para salvar, sino que lo hace de esa manera para magnificar la gloria de su gracia. Vean que, si Dios está preocupado por algo en la salvación de los hombres cuando Él escoge a algunos y deja a otros, es que nadie se jacte, que nadie se vanagloríe.

¿Qué tienes que no hayas recibido? Dios escoge para salvación según su placer y soberanía, para que nadie se atribuya mérito alguno en la salvación, de ahí la herejía arminiana que va en contra de la soberanía de Dios en la salvación. Pero Cristo deja muy en claro aquello: "Sí, Padre, porque así te agradó"




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